El Empaque: El Vendedor silencioso del producto

Junio, 3 de 2025

Henrry Castillo, PhD en Neurociencia Cognitiva.

El empaque de un artículo es considerado el «vendedor silencioso» de las marcas y productos, atribuible a su habilidad para transmitir valores, suscitar emociones y persuadir al consumidor sin requerir interacción verbal. Esta perspectiva se basa en estudios que demuestran que el diseño del empaque ejerce una influencia significativa en la percepción del producto, las intenciones de adquisición y la satisfacción del consumidor. Su repercusión es particularmente significativa en una tienda o supermercado, donde las decisiones se adoptan de manera veloz y están orientadas por estímulos visuales, emocionales y sesgos cognitivos.


La potencia intrínseca del empaque reside en su habilidad para captar la atención y diferenciar el producto en mercados saturados. Elementos como el color, la tipografía, las imágenes y la forma pueden tener un impacto significativo en la percepción de los consumidores respecto a la calidad, funcionalidad y posicionamiento de una marca.

El Empaque genera emociones y fideliza

El empaque suscitar asociaciones con energía y emoción, mientras que tonalidades más frías como el azul evocan confianza y profesionalismo (Kauppinen-Räisänen, 2014). Además, el empaque transmite atributos esenciales, tales como si un producto es de   categoría premium, sostenible u orientado a un público específico, reforzando así la identidad de la marca.


Adicionalmente, el empaque juega un papel crucial en la experiencia de compra posterior. Investigaciones evidencian que un diseño atractivo no solo estimula la adquisición, sino que además incrementa la satisfacción y la probabilidad de recompra. Esto puede atribuirse a la tendencia de los consumidores a vincular el atractivo visual del empaque con la calidad del producto. En consecuencia, las marcas que asignan recursos a estrategias de diseño de empaques no solo mejoran la experiencia del consumidor, sino que también potencian la lealtad y el valor percibido de su propuesta comercial. Dentro de este marco, el empaque supera la mera función de almacenamiento; se transforma en un recurso estratégico de marketing con la capacidad de alterar la relación entre los consumidores y las marcas.

REFERENCIA PARA AMBOS ARTICULOS.

Kauppinen-Räisänen, H. (2014). Strategic use of colour in brand packaging. Journal of Product & Brand Management, 23(1), 7-8.

El empaque como estímulo cerebral: ¿qué tan decisivo es en la mente del consumidor?

En mercados saturados, donde miles de productos compiten por fracciones de segundos de atención, el empaque ya no es un accesorio funcional, sino un poderoso disparador cognitivo y emocional. Su diseño, lejos de ser un simple envoltorio, actúa como un mensaje no verbal que activa percepciones automáticas en el cerebro del consumidor.

Colores, tipografías, formas e imágenes no solo decoran: comunican valor, calidad y pertenencia simbólica. La neurociencia del consumidor ha demostrado que estos elementos visuales activan áreas cerebrales vinculadas con la recompensa, la familiaridad y la toma de decisiones rápidas (Sistema 1), lo que influye decisivamente en la preferencia y elección de marca, muchas veces sin intervención de la conciencia deliberativa.

En otras palabras, el empaque funciona como un “ancla perceptual”, capaz de posicionar el producto en la mente del consumidor incluso antes de que este lo pruebe. Es por eso que marcas exitosas no diseñan solo para ser vistas, sino para ser sentidas, recordadas y deseadas.

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